viernes, 4 de marzo de 2022

[ 0' 40'' ] En el camino






Apenas dispongo de unas horas para cruzar la frontera antes de que las tropas rusas me impidan el paso.

Las líneas aéreas han suspendido todos sus vuelos con destino u origen en Ucrania y miles de vehículos permanecen bloqueados en las carreteras.

Atrás dejo familia, amigos, años de trabajo, sudor y lágrimas. Demasiadas lágrimas. He vivido momentos de grandes sacrificios para tener un futuro en mi tierra que, ahora, se ha desvanecido.

Ligero de equipaje me desplazo serpenteando pueblos o ciudades y, a pocos días del inicio del conflicto, los numerosos puestos de control ya han provocado que las carreteras se vuelvan peligrosas.

Mis únicas pertenencias se encuentran en una mochila donde transporto lo imprescindible para subsistir durante unos días. Entre mi ropa, escondo documentos, dinero en efectivo y, por supuesto, mi pistola Stechkin, irónicamente, de fabricación rusa.

Tras años fuera de mi país, por fin regreso a la ciudad que me vio nacer, Kiev. Retorno para unirme a la milicia ucraniana y, si tengo que morir, lo haré en mi tierra, luchando contra el invasor.

Esteban Rebollos (Febrero, 2022)

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