lunes, 12 de julio de 2010

Cuestión de matices

En estos días de euforia colectiva y de demostraciones de "orgullo patrio", he de reconocer que gracias al fútbol, deporte del cual no soy especialmente admirador, ha surgido un chovinismo espontáneo, necesario en tiempos tan difíciles como estos que vivimos.

Por una vez, todo el país ha engalanado las fachadas, se ha vestido o pintado con los colores de nuestra bandera, con orgullo, sin que por ello se asocie con ideologías políticas o consignas de extrema derecha.

Lamentablemente, estas exaltaciones son tan efímeras como las canciones del verano.

Durante más de un mes, los ciudadanos hemos estado pendientes de las hazañas de esta nuestra selección, hemos vibrado con cada una de las jugadas y, sobre todo, nos hemos olvidado de los tejemanejes de la clase política, de la subida del IVA e, incluso, los problemas cotidianos han parecido no tener tanta importancia.

Ahora hay quienes se atreven a hablar de "estrés postcampeonato", pero no temáis, la vuelta a la rutina, a la realidad, no permitirá que nos preocupen esas nimiedades. Y para aquellos que el estrés va implícito en su puesto de trabajo, para esos, sólo queda pensar en las próximas y relajantes vacaciones estivales.

¿Cuánto tiempo habrá que esperar para otra celebración de este estilo?


Por cierto, Camarerooooo... una de pulpo con "patatines" y sidra!!!

(...va por "el guaje" Villa)