jueves, 22 de octubre de 2015

"Mala Sangre". En Argentina también se pasa miedo....

... y, ahora, ¡no sólo en Argentina! Aquí está la prueba del delito.





Tras unas cuantas semanas de espera, por fin he recibido el libro "Mala Sangre", se trata de una recopilación de historias de terror, una antología surgida de la unión de trece escritores argentinos. Este es el primer volumen de la colección "PelosDePunta", colección creada por Luciana Baca, Narciso Rossi y Rubén Risso, serie que consta de otros dos libros, cuyos títulos son "Entre dientes" y "Mano dura", con trece historias de terror cada uno.

La editorial en su afán de lanzar una serie de relatos de terror contactó, a través de Internet, con escritores no conocidos pero con gran talento, dispuestos a ceder sus relatos para este reto. Debido a que este género suscita mucho interés en un país como Argentina, no fue difícil conseguir un grupo heterogéneo de autores, en su mayoría noveles, con muchas ganas de publicar sus escritos.

Si os preguntáis cómo he llegado hasta aquí, la respuesta es simple, por pura amistad. Uno de estos escritores es mi amigo Camilo Perotti, argentino (de Buenos Aires -no iba a ser menos-) y futbolero (del Boca -por supuesto-), pero sobre todo, con amplios, muy amplios conocimientos en la novela de terror, especialmente en la obra del maestro Stephen King.

Camilo, escritor aventajado, reciente ganador de un concurso de micro relatos orientados a la obra de King y, actualmente en plenas labores de preparación de su propia antología de terror, se ha lanzado a esta aventura literaria con una historia cuyo título es "El ángulo de la habitación". Esta es la historia de un trabajador nocturno que se enfrenta cara a cara con un aterrador monstruo. A destacar la novedosa ambientación y cómo el miedo puede aparecer en los lugares más conocidos por nosotros, como pueden ser, nuestro puesto de trabajo o nuestro hogar.

Con "Mala Sangre" no sólo nos encontramos con una variedad de escritores luchando por salir del anonimato y hacerse un hueco en este tipo de género, sino que es el primer paso hacia una reivindicación de literatura de terror en español, ya que este género está copado, casi exclusivamente, por escritores anglosajones.

Mientras esperamos por el nuevo libro de Camilo, amenizaremos nuestras vidas con esta trilogía de la colección "PelosDePunta", aterrorizados por relatos oscuros, perturbadores y mucha, mucha sangre

Ya os contaré....  de momento disfrutad de este video




Si te ha gustado este post y estás interesado en adquirir el libro, visita la página de los creadores de la Colección "PelosDePunta":

https://www.facebook.com/colpelosdepunta



Si has llegado hasta aquí, quizás sea porque has encontrado algo interesante que leer. Si quieres ver alguno de mis otros comentarios o relatos breves puedes acceder a la página principal desde este enlace "El Viento del Norte".
Te invito a volver cuando quieras para mostrarte las próximas entradas que escriba.
¡Gracias por tu visita!



domingo, 18 de octubre de 2015

[ 3' 00'' ] Stephen King... el secreto de su éxito




"Muebles viejos, cuadros antiguos, cajas llenas de libros y, sobre todo, montones de polvo y telarañas fueron sus compañeros durante muchos años. Había permanecido olvidada hasta que, por fín, Stephen King la rescató del desván llevándola a un sitio no mucho mejor, el cuarto de la caldera. Ese era un lugar angosto, siempre en penumbra y con una atmosfera opresiva pero, al menos, estaba junto a su maestro. La que antes había guardado los peluches de Naomi durante su corta estancia en la caravana, ahora cumplía su verdadero cometido como... papelera. 

Cada día recibía las historias inconclusas que King rehusaba utilizar y guardaba sus secretos como nadie. En su interior se amontonaban papeles troceados con rabia, desquebrajados, mutilados por las mismas manos que les habían dado vida; sufriendo. Los relatos que jamás verían la luz se revolvían de angustia por ser resucitados, mientras cientos de líneas mecanografiadas brotaban como ríos de tinta desde el fondo. Y no eran malas historias, sino que el autor era exigente con todo lo que salía de su máquina.

Viendo tanto sufrimiento, decidió ponerse a trabajar. Se sentía a gusto reconstruyendo historias, combinando palabras, entretejiendo líneas de distintos párrafos e, incluso, de diferentes relatos. Aprendía con facilidad; tenía un buen maestro, ...el mejor. Para ella era un juego reconfortante construir un relato a partir de personajes que habían sido repudiados, incluso antes de nacer, y que pasarían a ser protagonistas de los próximos relatos, subsistiendo en escenarios inimaginables.

Aunque no era la primera vez que le ayudaba, recordó la vez que King descartó un manojo de folios. El escritor lanzó un manuscrito dentro de la papelera, apagó la luz y con un portazo dio el día por terminado. Salió apresurado, seguramente, camino del bar. Ella, se lanzó a leerlos con voracidad y comprendió el gran error que era desprenderse de aquella historia acerca de una adolescente acosada por sus compañeros de instituto que contaba con poderes psíquicos. No se lo podía creer, era el momento de hacer algo, corrigió algunos textos, perfiló nuevos personajes y rectificó el final. Tras haber terminado su trabajo, se balanceó como un barco en medio de la tormenta y, consiguió que el borrador de "Carrie" cayera al suelo, cerca de la caldera. Allí lo encontró Tabitha.

La venta de los derechos de su primera novela proporcionó a la familia King suficientes ingresos para pagar todas sus deudas y concederse algún que otro capricho. Una pequeña reforma en la casa permitiría al escritor acondicionar una habitación, donde acomodarse para dejar volar su imaginación, y así, trabajar libremente en un ambiente propicio. Los años escribiendo en el cuarto de la caldera, por fin, darían paso a una cómoda y acogedora estancia.

A finales del verano del 72, los antiguos compañeros de desván habían ocupado cada rincón de aquel cuarto. Una mesa de madera con las patas algo carcomidas presidía la sala. Sobre ella, reposaba la Olivetti portátil, una máquina de escribir con tantas millas a su espalda como su dueño. La lámpara de sobremesa, que se antojaba de interrogatorio, aún se mantenía envuelta en papel a la espera de alojar la bombilla y ser enchufada. Los cuadros con sus marcos ya restaurados parecían haber recuperado todo su esplendor y, aquellas inmensas pilas de libros, antes amontonadas en el desván, se habían convertido en una elegante biblioteca, más por su disposición por tamaño y color que por el contenido de sus textos.

Una silla de madera, un perchero de tres brazos y una alfombra algo raída, habían sido adquiridos en un mercadillo de fin de semana. Las cortinas, únicos elementos nuevos de aquella sala, presidían el gran ventanal, tamizando la luz que entraba de forma espontánea a través de los cristales traslúcidos.

Durante la reforma, algunos días había permanecido boca abajo haciendo labores de taburete para los obreros, otros, boca arriba manteniendo las cervezas frescas en remojo para los pintores y, por fin, a principios de Septiembre, tras buscarle acomodo bajo la mesa, había recuperado, nuevamenta, su verdadera naturaleza. Y allí se encontraba ella, huérfana, a la espera de nuevos relatos. Por suerte, no tardaría en recibir las sobras de su mentor.

En las épocas de explosión literaria de King, las pilas de hojas se amontonaban ocupando cada rincón de la mesa. Sentía rabia y envidia a partes iguales. Mientras una novela tomaba forma estaba incómoda; esa era la época en la que únicamente recibía ideas fallidas, escenarios demasiado dantescos para ser desvelados al gran público. Se sentía menospreciada y, eso, le sirvió como estímulo para dar lo mejor de sí.

Intuía que las nuevas tecnologías se impondrían, que dentro de poco ya no sería necesaria su presencia y, con un poco de suerte, únicamente estaría alimentada por latas vacías, algún que otro panfleto publicitario y apuntes repletos de información estéril. Por este motivo, estaba preparada para cambiar de estrategia y seguir adelante.

A pesar de tener devoción por su dueño, se veía capaz de imitarlo, superarlo y, si fuera necesario, salvarlo del mayor de sus temores... la falta de imaginación.

Decidió actuar por su cuenta, inventar relatos que no habían sido engendrados en la mente de King; adentrarse en un mundo hasta entonces desconocido.

Así concibió su segundo gran éxito,
"El Misterio de Salem's Lot".

¡El resto ya es historia!

A día de hoy, siguen trabajando juntos."

Esteban Rebollos (Octubre, 2015)

Escrito en homenaje al maestro del Terror, Stephen King.