domingo, 20 de diciembre de 2009

¿Cuántos indigentes morirán de frío esta noche?


Mientras estamos calientes en casa, leyendo posts como este, la ola de frío polar no tiene piedad con los que se ven obligados a dormir en la calle. Quizás mañana una breve reseña en algún periódico nos recuerde que el invierno no es tan sólo una bonita estampa navideña sino una trampa mortal.
Si ya es grave ver personas durmiendo entre cartones en cualquier época del año, en estas fechas se hace doblemente doloroso pensar en quienes no tienen donde cobijarse ante las inclemencias del crudo invierno.
Es sabido que cuando llega la Navidad florece un sentimiento de ayuda hacia los demás, por eso, las cadenas de televisión aprovechan para recordarnos lo importante que es apadrinar niños del Tercer Mundo, mientras, a las puertas de los grandes y ostentosos supermercados, voluntarios reclaman nuestra ayuda para las llamadas "Operación Kilo".
Realmente no me importaría que me subiesen los impuestos si con ello no se enriquecieran políticos y empresarios sin escrúpulos. No me importaría, si ese dinero fuera destinado a ayudas sociales y no a banquetes de ricos dirigentes que se reunen para hablar de medidas ante el cambio climático que sabemos que van a quedar en el cajón de los olvidos.
En fin, son noches como esta las que hacen que los sentimientos tomen un cariz diferente. Mientras escribo, al abrigo del calor de mi hogar, creo sentirme más cerca de esos de los que hablo, pero al final es sólo una ilusión, la realidad demuestra que no lo estoy.
¡Pensad en ello!

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